Estoy aquí

Marta se encontraba sumida en una depresión que la mataría antes de tiempo. 

 Un director de orquesta que ya había sido olvidado por pasado le ofreció cantar en público con una orquesta filarmónica para superar su tristeza. «La compasión del público te ayudará a aceptar esta amargura», le dijo. Llevó a cabo entrevistas en las redes sociales con el objetivo de sensibilizar acerca de la patología de Marta.   

 Su figura demacrada, sosteniéndose con esfuerzo y arrojo frente al micrófono, emocionó. Al público se le pusieron los pelos de punta.

Marta le agradeció al conductor por su excelente idea. Sin estar cerca de morir nunca, nunca habría conmovido a treinta mil personas.

Deja un comentario